LA NO MATERNIDAD

Seguro que todas habéis tenido esta conversación con vuestras amigas del colegio: “de mayor quiero ser madre” o “antes de los 25 tendré hijos”. ¿Y quién no ha jugado de pequeña a muñecas haciendo de madre con ellas? Se dice que cuando juegas a las muñecas, representas a tu yo en ellas y proyectas situaciones reales de tu vida o que te gustaría que pasaran. Mi muñeca solía ser soltera o divorciada y tenía muchos animales, pero nunca había sido madre. Por ahora, creo que no iba mal encaminada, ya que tengo dos gatos, aunque en el amor, mi yo de pequeña sí se equivocaba. 

Nunca me había planteado, ni tampoco se me había pasado por la cabeza, la posibilidad de la maternidad. Era un tema que cuando se hablaba con las amigas, encontraba aburrido y buscaba otras cosas que hacer (normalmente acababa jugando con los chicos a pelota o haciendo trastadas). 

Han pasado algunos años y no recuerdo si fue en una de las primeras visitas con el neurólogo, pero sé que no pasó mucho tiempo desde el diagnóstico, cuando me preguntó si quería ser madre algún día. Me eché a reír, por la absurda pregunta que me estaba haciendo, teniendo en cuenta que tenía unos 16-17 años y no entendía ni a qué venía la pregunta, ni tampoco si era importante. Sin embargo, él me habló con seriedad sobre el tema, ya que me comentó que debía tener clara esa decisión porque si en un futuro quería ser madre, tendría que planear la maternidad teniendo en cuenta la enfermedad.

¿Quiero ser madre? Por primera vez en la vida, ya que aunque os parezca mentira, no me lo había planteado nunca, me lo planteé. No sé si cuando te lo preguntas por primera vez, te viene en mente algo rápido o dudas, pero en mi caso, me vino un NO inmediatamente.
Ya tenía suficientes problemas en mi cabeza. El primero, que aún tenía que aceptar que estaba enferma, pero también estaban los problemas familiares que había en casa, lo mucho que tenía que estudiar para los exámenes, además del enfado por la mala suerte que estaba teniendo con la medicación y sus efectos secundarios. Así que veía la maternidad como una carga hacia mí y no me parecía una buena idea.

Obviamente el neurólogo entendió mi reacción, puesto que ya estaba acostumbrado a mi “dulce” carácter de esa temporada. Sin embargo, su obligación era explicarme todo el proceso, por si me lo planteaba en un futuro. 

Ahora han cambiado los tratamientos, pero entonces solo había 3, de los cuales ninguno era apto para la maternidad. Eso conllevaba que si querías quedarte embarazada, debías dejar de medicarte. 

El primer problema que te encuentras cuando dejas la medicación, es que estás expuesta a algún brote. Después del embarazo, hay un alto porcentaje de probabilidades de empeorar (ahora creo que ya no es así, si me equivoco y hay alguna madre esclerótica que me lea por aquí que me corrija y me perdone). Lo único bueno de todo esto, es que se dice que durante los nueve meses de embarazo, estás protegida ante la enfermedad.
Una vez explicado todo, salí de la consulta y me dije a mí misma que no quería ser madre. Podía ser muy normal pensar eso, ya que estaba en una edad, en la que, al igual que la mayoría de los jóvenes, dudaba sobre mi existencia y muchas otras cosas.
Ahora, con 29 años, sigo pensando igual.

Mis motivos son que obviamente no tengo ése instinto que dicen que se tiene. No sé si cae por arte de magia dentro de tu cuerpo o qué, pero no lo tengo. Los niños no me gustan demasiado, aunque mis sobrinos sí. También me encanta ser yo misma y no verme ligada a nadie de forma fija, y con esto, no me refiero al mismo sentimiento que se tiene al tener pareja, porque con Litus llevo más de 14 años y espero estar toda mi vida con él. 
No sé cómo explicarme para que me entendáis y no me malinterpretéis… 

Pienso en mis hermanas y me viene a la cabeza una frase que, una vez han sido madres, cada una de ellas, ha repetido en diferentes momentos: “soy mamá 24 h, pero antes era Ariadna o Aïnhoa y ahora, sólo soy mamá”. Pues eso es lo que no quiero perder. Llamadme EGOÍSTA si queréis, quizá sí lo debo ser. Quiero ser siempre Agna, tener tiempo para mis hobbies, mis rutinas...y es algo que no quiero cambiar.
Debe ser más egoísta aquella persona, que tiene hijos pero igualmente después sigue haciendo exactamente lo mismo que cuando no los tenía. 

Además, si tengo que ser sincera y ya que estamos, para ser más clara, no quiero ser madre teniendo una enfermedad que a día de hoy, NO TIENE CURA, que es degenerativa y crónica. No es por ser un lastre o una molestia, que sí lo es, sino porque quiero hacer muchísimas cosas antes de que sea demasiado tarde, porque veo que la vida es demasiado corta. Hoy estás aquí y mañana ya no estás. No estaría preparada para tener tal peso encima mío.

Me pregunto muchas veces si en el caso de que no me hubieran diagnosticado la enfermedad, pensaría igual. Yo creo que sí. La enfermedad me hizo cambiar y crecí con ella. Si el diagnóstico me lo hubieran dado a los 40 años, puede que fuera madre o puede que no. Eso ya no lo sabremos nunca, porque soy quien soy ahora y no merece la pena pensar en la persona que podría haber sido.

Obviamente tomar esta decisión no es posible si la persona que tienes a tu lado no piensa del mismo modo. Defiendo al 100% a los que quieren ser padres, pero sólo si ambos están de acuerdo. Considero que es muy injusto que si uno quiere pero el otro no, acabe obligado y acepte la maternidad/paternidad sin quererla. Es así, pero puede que no se esté hecho para estar con la otra persona y aunque la quieras, no puedes obligarla a algo que no quiere porque al final, en algún momento, saldrá un reproche. Creo que desear a un ser vivo tiene que ser algo de lo que estés  convencido al 100%, ya que no hay vuelta atrás y el que puede salir más perjudicado es el bebé.

Suerte que nací en el S.XX y no unos años antes, porque hubiera sido un desastre de mujer. Probablemente hubiera sido de esas “solteronas” de por vida y mal vistas por no querer seguir la evolución humana.
Las cosas, como digo, por suerte van cambiando, lentamente, pero cambian, y una de ellas es la opción de la no maternidad. 

1 comentario:

  1. Agna, flor! M’encanta com t’has expressat. Ole tu per parlar tan clara i sincerament d’un tema que avui en dia encara costa fer públic. Recordo haver tingut aquesta conversa amb tu fa anys, i si, sempre ho has tingut molt clar. Ho admiro, i ho respecto totalment. Pero si et puc donar un consell d’amiga, i de professional x la part que em toca, planteja’t seriament congelar òvuls, per més clar que tinguis ara que no vols ser mare. Tens 29 anys. Amb els anys canviem i coses que ara ens semblen impensables i poden ser relativament fàcils, es poden convertir en una prioritat difícil d’assolir. Per desgracia el rellotge biològic existeix, no se l’ha inventat ningú. Aquest instint del que parles, es pot despertar sobtadament. Tenir òvuls congelats, és com una assegurança, un comodin, és com una carta que potser no hagis de jugar mai, però pot ser una carta decisiva per la partida. Estaré contenta si almenys, faig que t’ho plantegis. Una abraçada!

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