PICA DE ESTATS

15 Julio 2018

Si a los 12 años, cuando empecé hacer montañismo con el Club Excursionista Montclar, hubiera visto a mi yo del futuro, no me lo hubiera creído. 

Guardo los fines de semana de campamento con mis amigos, como uno de mis mejores recuerdos. 
Las cosas han cambiado mucho. Ya no llevo aquella pedazo de mochila que, con todas las cosas que llevaba encima, debía pesar unos 50 kg. Dentro de ella, había de todo, menos lo imprescindible para andar. ¡Qué habría sido de esas excursiones sin las chucherías, mi saco de dormir XXXL (porque el que tengo ahora no mide ni dos palmos), el juego del UNO y demás porquerías!

Además, ahora parece que si no hago más de 20km, no he hecho nada de entrenamiento y antes, no tardaba ni 5 minutos en preguntar a mi monitor cuanto nos faltaba para llegar. Si decía que faltaba poco, mala señal, porque  significaba que nos habíamos perdido. 

Una vez, estuvimos andando durante mucho tiempo y sin parar. Todo el grupo, cansados, nos preguntábamos si todo iba bien, hasta que nos dimos cuenta de que no estábamos siguiendo al monitor, sinó a los más pequeños del grupo. ¡Casi matamos a nuestro monitor por eso! Ahora me rio mucho cuando lo recuerdo, porque aquella salida fue surrealista. ¡Aun así, no queríamos cambiar de monitor! jajaja.

Todo aquello son dulces recuerdos que me sirven para querer seguir practicando montañismo y vivir nuevas aventuras. Por ese motivo, tenía claro que mis vacaciones empezarían así.
Como quizá ya sabéis, el próximo reto deportivo y solidario es hacer la carrera de Ultra Fondo Serra de Montsant, en la categoría de 70km. Tengo que entrenar mucho para estar preparada y ésta vez, he querido hacer las cosas mejor. Para ello, tengo una entrenadora que me está ayudando. Ella me aconsejó coger más fuerza para así poder prevenir posibles lesiones.

Hacer la Pica de Estats era un buen entrenamiento. Quilómetros para andar y una cima de 3.143m.

El pasado sábado, Marina, Jordi y yo, nos fuimos para allá. Salimos de casa sobre las 11:00h, y hasta nuestro destino, el parking Vallferrere, teníamos unas 5 horitas de camino. ¡Menudo tute se dio Jordi con la furgoneta…pobrecito!  Había trabajado el viernes y la única opción era viajar el sábado y hacer la cima el domingo. 

Lo mejor hubiera sido disfrutar más del paisaje e ir hasta allí el viernes, para quedarnos el sábado a dormir en el lago. Había mucha gente que dejaba sus sacos de dormir y sus tiendas en alguna roca por aquella zona. Creo que no hay peligro de hurto porque a los que hacemos montañismo no se nos ha perdido nada y no vamos en ese plan. Seguramente, como suelo decir, algún “tontolaba” habrá, pero de esos los hay en todas partes.  

Pese a no poder dormir en el lago, también me lo pase bien. Al final, dormimos en la furgoneta de Jordi y Marina (¡me encantan estas cosas!), y cenamos sopita con pasta, butifarras y quizá alguno de los mil insectos que teníamos a nuestro alrededor. 


El domingo, salimos a las 6 a.m. del parking para empezar andar. No recomiendo salir más tarde, porque el tiempo en la montaña puede cambiar muy rápido a partir de media mañana, así que si a ésa hora ya estás bajando, mucho mejor. Nosotros tuvimos muchísima suerte, porque hizo sol y cero vientos. 
Todo está muy bien señalizado y es difícil perderse. Además, es fácil encontrar a gente dispuesta a ayudar en caso de tener alguna duda. . 
Del parking dónde estábamos al refugio Vallferrera hay unos 15/30 minutos andando. Me hubiera gustado quedarme a dormir en el refugio, pero estaba lleno desde hacía unos dos meses. 

Del refugio, fuimos subiendo hacia la Coma de Estats y el lago. Es impresionante llegar hasta allí y ver por primera vez el lago, de agua cristalina y color azul turquesa. Sólo se bañan los más valientes, porque el agua está ¡congelada! 
Seguimos subiendo hasta llegar al Port de Sotllo. A pesar de estar en julio, con la buena temporada que hemos tenido, aún quedaba mucha nieve. La subida parece fácil, pero una vez allí y con la nieve teníamos dos opciones:
subir el Port del Sotllo con los crampones directamente, o bien subir por la izquierda, con la posibilidad de hacer más trekking por la montaña. Marina subió con los crampones y Jordi y yo, hicimos un poco el loco y fuimos directos por el otro lado. 


Una vez arriba, ya estás en el lado francés. Para mí, fue el trozo más difícil porque hay partes que son un pelín peligrosas y si no estás preparado, no lo recomiendo. 
Como había dicho anteriormente, había bastante nieve y en la tartera estábamos obligados, sí o sí, a llevar los crampones. Pasamos por una zona donde se veía el deshielo y sus 5 metros de profundidad, y debíamos pasar por encima de ella. No tengo vértigo, pero me daba un poco de respeto pasar por allí, así que no me quedó que otra que pasar con los crampones casi corriendo y mirando hacia otro lado, jajaja.

Una vez pasada esa zona, ya no tiene ningún secreto. Simplemente, ganas de andar, cansarte y subir por las mil piedras hasta la cima. Vas cansado, porque vas viendo constantemente la cima y tienes ganas de estar allí arriba. 

Llegamos a la cima con un sol espectacular y con buena visibilidad. ¡Incluso pudimos llegar a ver el Aneto! Había mucha gente, pero me gusta mucho ver sus caras de felicidad. 
Cada uno sube allí por diferentes razones. Yo para demostrarme, como siempre, que estoy viva y que estoy aprovechando cada momento. Marina, con su vértigo, me demostró una vez más que es una valiente y una temeraria como yo.

La ruta la recomiendo 100% por las vistas, el paisaje es brutal. El nivel físico que debes tener es un poco alto, de una persona que suele practicar deporte de forma habitual o que esté acostumbrado hacer rutas de +1000d. 
La bajada fue más larga que la subida, porque ya no teníamos la misma adrenalina que antes. Una servidora, atravesando uno de los mil ríos/afluentes que llegas a encontrar allí, metió el pié con el calzado dentro del agua. Así que ya os podéis imaginar cómo acabó mi pie en esta aventura. 

De cada experiencia, siempre acabo aprendiendo algo y eso me sirve para la próxima. ¡En esta, he aprendido que tengo que llevar unos calcetines de repuesto en la mochila! 




1 comentario:

  1. Mucho nivel se demuestra en tu aventura Agna, se nota que ni es la primera aventura y como ya aseguras le seguirán unas cuantas, gracias por compartirla.

    ResponderEliminar